por Pelotera Política | Sep 27, 2023 | Columnistas
DESDE EL PUNTO DE VISTA DE FERNANDO PADILLA FARFÁN
Después de cuatro o cinco mil años de construidas las pirámides, permanecen aún de pie, erguidas; a pesar del acoso del tiempo.
Se sabe que fueron construidas para establecer un nexo con los dioses. Los privilegiados que subían a la cúspide lo hacían para estar más cerca de las estrellas y recibir su energía. Allá arriba se sentían más cerca de los dioses que veneraban y les pedían que continuara su protección hasta después de su muerte.
Las pirámides eran centros ceremoniales para venerar a sus dioses. Algunos ritos incluían sacrificios humanos, considerados hoy como cruentas matanzas producto de mentes tocadas de criminalidad. Aquellas culturas no eran ignorantes, al contrario. Se caracterizaban algunas por importantes avances en la cultura, el arte, la medicina y, por supuesto, la arquitectura.
Tenían un contacto permanente con la naturaleza; la observaban, la estudiaban, obtenían información sobre la existencia de las cosas y los seres vivos; también de los muertos. En la naturaleza encontraban todas las respuestas de lo que querían saber. Mantenían algún tipo de comunicación con los dioses a quienes les dedicaban los sacrificios humanos.
Las pirámides en el planeta no fueron construidas de manera arbitraria. El lugar escogido debía tener ciertas características por ejemplo, la seguridad que en esos puntos se recibía la energía que el universo envía a la Tierra. A esos puntos llegaba la energía para mantener la vida en todo el planeta. Hasta la fecha, a esas construcciones se les sigue considerando como lugares donde la gente acude a recibir ciertas dosis de energía; en determinadas fechas. En esta línea de la energía también están Chichén Itzá, Teotihuacán, Uxmal, Palenque, El Tajín, Etc.
Todas las pirámides muestran similitudes entre sí. Se parecen unas a otras, aunque unas de mayor tamaño. Todas las que existen se realizaron siguiendo un esquema estelar. Están unidas a la astronomía, por eso las orientaron a la posición del Sol o de las estrellas. Nadie ha podido explicar quién o quiénes tenían los conocimientos arquitectónicos para hacer esas obras con medidas casi perfectas. La edad es casi la misma: cuatro o cinco mil años.
Queda claro el motivo de su construcción: tumbas para los faraones, nexos con los dioses y centros de investigación astrológica. Lo que sigue siendo un enigma es cómo las construyeron. El caso de las pirámides de Giza, tan solo una de ellas está formada por 2.3 millones de piedras, con un peso de 16 toneladas (algunas pesaban 80) cada una; y tener que transportarlas de forma manual, jalándolas, y todavía cruzarlas por un río. Cortarlas de forma tan perfecta como si hubiesen utilizado laser; y luego colocarlas tan juntas unas con otras que no cabe un alfiler. Es algo tan asombroso que nuestra mente no comprende.
Tampoco se tiene conocimiento que hayan utilizado alguna sofisticada tecnología para subir cada una de las piedras hasta 146 metros de altura. No es creíble que hayan construido rampas, tal vez de arena, para deslizarlas cuesta arriba. Ninguna de las hipótesis satisface la lógica para construir los grandes edificios de aquella época.
Otra de las teorías, como para darle una salida decorosa a este inexplicable tema, es que seres de otros mundos hayan venido a la Tierra con el único propósito de ponerse a trabajar muy duro, día y noche, para edificar esas construcciones colosales. Debieron haber traído enormes naves con un poderoso sistema de propulsión para poder levantar piedras de hasta 18 toneladas de peso, acarrearlas desde 800 kilómetros realizando millones de viajes. Cortarlas como si hubiesen utilizado láser, y después colocarlas una a una. Podría suponerse que eran unos extraterrestres con alto sentido altruista, conocedores de las necesidades místicas de los humanos. Debieron haber viajado varios cientos de años desde su planeta de origen para cumplir con su plan. Una vez hecho esto, otra vez de regreso. Ya que a los extraterrestres les gusta el altruismo, ¿por qué no regresar a destruir todas las armas atómicas, revertir el calentamiento global, y cambiarle el chip mental a la gente por uno que contenga programas de la buena convivencia y la solidaridad mutua?
#fernandopadillafarfan
por Pelotera Política | Sep 26, 2023 | Columnistas
Por Ing. Fernando Padilla Farfán
La población crece, las ciudades se expanden; la tierra habitable se agota. El problema del crecimiento urbano es un problema mundial, pero es más grave en unos países como es el caso de México.
El crecimiento de las ciudades, particularmente si son polos de desarrollo, es diario. Cada día llega gente del campo, de comunidades o de ciudades pequeñas, para radicar en las ciudades de mayor tamaño. La falta de oportunidades laborales en sus lugares de origen y las nulas posibilidades de estudiar en escuelas superiores porque no las hay donde viven; son algunas de las razones que mueven a esos sectores poblacionales a emigrar a las grandes ciudades.
El crecimiento de las ciudades de México es mayor que el promedio mundial. La problemática del crecimiento poblacional aumenta debido a que no hay planes urbanos ni capacidad para ofrecer los servicios públicos básicos.
Los asentamientos irregulares, generados por líderes sociales que de manera temeraria enfrentan a las autoridades utilizando como escudo a sus agremiados, invaden áreas destinadas para reservas territoriales o, incluso, propiedades privadas. Una vez que logran su objetivo, asentar a la gente en casas provisionales, preparan la siguiente etapa: exigir a las autoridades les proporcionen los servicios sin contar con la infraestructura necesaria.
Estos fenómenos son provocados por la falta de planeación urbana atribuible a los tres órdenes de gobierno, lo cual genera costos muy altos en la prestación de los servicios y en la infraestructura urbana. A lo anterior se suma la inseguridad, el escaso transporte público en la zona y la falta de espacios públicos.
Una ciudad que padece estas problemáticas, no puede ofrecer a sus habitantes la mejor calidad de vida, pero tampoco resulta un atractivo para la inversión privada.
El problema de las ciudades no se resolverá de la noche a la mañana. Se requieren como autoridades a verdaderos líderes sociales que tengan una visión de largo plazo; que se atrevan, si fuese necesario, a adoptar medidas así sean impopulares, encaminadas a proporcionarle a la ciudad que gobiernan mejores condiciones de habitabilidad.
No debe olvidarse que los programas que se implementen en beneficio de las ciudades, resultan más exitosos si se cuenta con el consenso de los habitantes.
por Pelotera Política | Sep 26, 2023 | Columnistas
Por Ing. Fernando Padilla Farfán
La población crece, las ciudades se expanden; la tierra habitable se agota. El problema del crecimiento urbano es un problema mundial, pero es más grave en unos países como es el caso de México.
El crecimiento de las ciudades, particularmente si son polos de desarrollo, es diario. Cada día llega gente del campo, de comunidades o de ciudades pequeñas, para radicar en las ciudades de mayor tamaño. La falta de oportunidades laborales en sus lugares de origen y las nulas posibilidades de estudiar en escuelas superiores porque no las hay donde viven; son algunas de las razones que mueven a esos sectores poblacionales a emigrar a las grandes ciudades.
El crecimiento de las ciudades de México es mayor que el promedio mundial. La problemática del crecimiento poblacional aumenta debido a que no hay planes urbanos ni capacidad para ofrecer los servicios públicos básicos.
Los asentamientos irregulares, generados por líderes sociales que de manera temeraria enfrentan a las autoridades utilizando como escudo a sus agremiados, invaden áreas destinadas para reservas territoriales o, incluso, propiedades privadas. Una vez que logran su objetivo, asentar a la gente en casas provisionales, preparan la siguiente etapa: exigir a las autoridades les proporcionen los servicios sin contar con la infraestructura necesaria.
Estos fenómenos son provocados por la falta de planeación urbana atribuible a los tres órdenes de gobierno, lo cual genera costos muy altos en la prestación de los servicios y en la infraestructura urbana. A lo anterior se suma la inseguridad, el escaso transporte público en la zona y la falta de espacios públicos.
Una ciudad que padece estas problemáticas, no puede ofrecer a sus habitantes la mejor calidad de vida, pero tampoco resulta un atractivo para la inversión privada.
El problema de las ciudades no se resolverá de la noche a la mañana. Se requieren como autoridades a verdaderos líderes sociales que tengan una visión de largo plazo; que se atrevan, si fuese necesario, a adoptar medidas así sean impopulares, encaminadas a proporcionarle a la ciudad que gobiernan mejores condiciones de habitabilidad.
No debe olvidarse que los programas que se implementen en beneficio de las ciudades, resultan más exitosos si se cuenta con el consenso de los habitantes.
por Pelotera Política | Sep 26, 2023 | Columnistas
Por Ing. Fernando Padilla Farfán
La población crece, las ciudades se expanden; la tierra habitable se agota. El problema del crecimiento urbano es un problema mundial, pero es más grave en unos países como es el caso de México.
El crecimiento de las ciudades, particularmente si son polos de desarrollo, es diario. Cada día llega gente del campo, de comunidades o de ciudades pequeñas, para radicar en las ciudades de mayor tamaño. La falta de oportunidades laborales en sus lugares de origen y las nulas posibilidades de estudiar en escuelas superiores porque no las hay donde viven; son algunas de las razones que mueven a esos sectores poblacionales a emigrar a las grandes ciudades.
El crecimiento de las ciudades de México es mayor que el promedio mundial. La problemática del crecimiento poblacional aumenta debido a que no hay planes urbanos ni capacidad para ofrecer los servicios públicos básicos.
Los asentamientos irregulares, generados por líderes sociales que de manera temeraria enfrentan a las autoridades utilizando como escudo a sus agremiados, invaden áreas destinadas para reservas territoriales o, incluso, propiedades privadas. Una vez que logran su objetivo, asentar a la gente en casas provisionales, preparan la siguiente etapa: exigir a las autoridades les proporcionen los servicios sin contar con la infraestructura necesaria.
Estos fenómenos son provocados por la falta de planeación urbana atribuible a los tres órdenes de gobierno, lo cual genera costos muy altos en la prestación de los servicios y en la infraestructura urbana. A lo anterior se suma la inseguridad, el escaso transporte público en la zona y la falta de espacios públicos.
Una ciudad que padece estas problemáticas, no puede ofrecer a sus habitantes la mejor calidad de vida, pero tampoco resulta un atractivo para la inversión privada.
El problema de las ciudades no se resolverá de la noche a la mañana. Se requieren como autoridades a verdaderos líderes sociales que tengan una visión de largo plazo; que se atrevan, si fuese necesario, a adoptar medidas así sean impopulares, encaminadas a proporcionarle a la ciudad que gobiernan mejores condiciones de habitabilidad.
No debe olvidarse que los programas que se implementen en beneficio de las ciudades, resultan más exitosos si se cuenta con el consenso de los habitantes.
por Pelotera Política | Sep 26, 2023 | Columnistas
Por Ing. Fernando Padilla Farfán
La población crece, las ciudades se expanden; la tierra habitable se agota. El problema del crecimiento urbano es un problema mundial, pero es más grave en unos países como es el caso de México.
El crecimiento de las ciudades, particularmente si son polos de desarrollo, es diario. Cada día llega gente del campo, de comunidades o de ciudades pequeñas, para radicar en las ciudades de mayor tamaño. La falta de oportunidades laborales en sus lugares de origen y las nulas posibilidades de estudiar en escuelas superiores porque no las hay donde viven; son algunas de las razones que mueven a esos sectores poblacionales a emigrar a las grandes ciudades.
El crecimiento de las ciudades de México es mayor que el promedio mundial. La problemática del crecimiento poblacional aumenta debido a que no hay planes urbanos ni capacidad para ofrecer los servicios públicos básicos.
Los asentamientos irregulares, generados por líderes sociales que de manera temeraria enfrentan a las autoridades utilizando como escudo a sus agremiados, invaden áreas destinadas para reservas territoriales o, incluso, propiedades privadas. Una vez que logran su objetivo, asentar a la gente en casas provisionales, preparan la siguiente etapa: exigir a las autoridades les proporcionen los servicios sin contar con la infraestructura necesaria.
Estos fenómenos son provocados por la falta de planeación urbana atribuible a los tres órdenes de gobierno, lo cual genera costos muy altos en la prestación de los servicios y en la infraestructura urbana. A lo anterior se suma la inseguridad, el escaso transporte público en la zona y la falta de espacios públicos.
Una ciudad que padece estas problemáticas, no puede ofrecer a sus habitantes la mejor calidad de vida, pero tampoco resulta un atractivo para la inversión privada.
El problema de las ciudades no se resolverá de la noche a la mañana. Se requieren como autoridades a verdaderos líderes sociales que tengan una visión de largo plazo; que se atrevan, si fuese necesario, a adoptar medidas así sean impopulares, encaminadas a proporcionarle a la ciudad que gobiernan mejores condiciones de habitabilidad.
No debe olvidarse que los programas que se implementen en beneficio de las ciudades, resultan más exitosos si se cuenta con el consenso de los habitantes.
por Pelotera Política | Sep 25, 2023 | Columnistas
Por Ing. Fernando Padilla Farfán
Una pregunta que se repite con cierta frecuencia cuando se habla de crecimiento social, económico o político, es: ¿dónde estamos parados? ¿Qué tenemos que hacer para engrandecer a México? La realidad es que seguimos sin encontrarnos a nosotros mismos. Aunque parezca paradójico, las abundantes riquezas naturales con que aún cuenta México, han sido una de las causas que no hayamos desplegado nuestra inventiva y esfuerzo como ha ocurrido con pobladores de otros lugares del mundo.
Lo anterior se puede apreciar en el siguiente ejemplo. En las zonas más áridas de nuestro país, donde la tierra por sí sola no tiene mucho que ofrecer, los pobladores las han hecho florecer con tecnologías o, incluso, con hábitos que se heredan de padres a hijos. El norte del país, donde la aridez es común, el esfuerzo por salir adelante es mayor.
Quienes conocen la historia de los Menonitas saben de lo que es capaz una sociedad organizada, con principios bien delineados y con mística de trabajo. Los Menonitas, un grupo religioso y étnico que tuvo su origen en 1525 en Zúrich, Suiza, cuya doctrina se basa en la Biblia como la palabra de Dios; en 1922 el gobierno de Álvaro Obregón les permitió que tres mil de ellos se instalaran en la parte más árida de Chihuahua; tierras que por su improductividad nadie reclamaba como suyas. Aparte que así se evitaron manifestaciones de inconformidad porque extranjeros se hicieran dueños de tierras mexicanas.
Con voluntad guerrera, los Menonitas enfrentaron exitosamente las condiciones adversas de su entorno natural. Trabajaron con disciplina y acuerdos solidarios al interior del no tan reducido grupo. Su filosofía en el modo de vida tenía varios ingredientes como, por ejemplo: no usar vehículos de motor, nada de aparatos eléctricos ni distractores propios de las sociedades modernas que torcieran la línea de progreso que se habían trazado. El progreso les llegó y ya llevan muchos años con el modelo original. Bueno, han hecho algunos cambios.
Al poco tiempo la aridez se transformó en verdor. Se convirtieron en importantes productores agrícolas.
La explicación pudiera ser simple: las carencias a las que se enfrenta una sociedad obligan a sus integrantes a desarrollar mejores inventivas; su imaginación y esfuerzo se convierten en sólidos detonantes para el desarrollo. En contraparte, no hay que pensar demasiado para saber qué es lo que pasa en las regiones donde la naturaleza es pródiga, con caudalosos ríos, nutridos arroyos y abundante flora. Estos lugares, en los que conseguir el alimento diario es una tarea relativamente sencilla, la pobreza es significativa. Paradójico, pero cierto.
Debido a lo anterior, el detonante para catapultar a una sociedad a su crecimiento no es solamente copiar lo que están haciendo las sociedades más adelantadas del planeta. En nada nos ha ayudado enviar a personal a ver el modelo japonés, israelita o chino. Lo que puedan observar no es suficiente. Lo que no se ve a simple vista es el compromiso social que en estos lugares existe.
La gente se involucra de tal manera en las tareas propias de una comunidad, que forman binomios con sus gobiernos derivando en mejor aprovechamiento de los recursos públicos. En la mayoría de los pueblos más desarrollados del mundo existen planeamientos a largo plazo. El mensaje es la responsabilidad mutua.
Por lo pronto, cuando el gobierno o las universidades manden a sus delegaciones a copiar qué hacen en otros lugares considerados como modelo de desarrollo, que estudien primero las convicciones de la gente, qué piensan, cuáles son sus ideales, principios morales y religiosos; y, fundamentalmente, sus objetivos.